Ni siquiera el envío de 100 policías militares ha frenado la violencia en el estado brasileño de Rio Grande do Norte, donde durante esta madrugada en Natal, la turística capital, y en otras ocho ciudades, grupos criminales volvieron a atacar por tercer día edificios públicos, comercios y vehículos.
Las autoridades atribuyen los actos a un grupo de criminales disconformes con los cambios implementados en el sistema penitenciario. El secretario de Seguridad Pública de Rio Grande do Norte, Francisco Araújo, confirmó que la ola de ataques tiene como propósito exigir «una serie de privilegios» a los presos que no han sido concedidos.
«Según los reclamos, quieren televisión, sistema de iluminación, visita íntima, cosas que el sistema penitenciario no está atendiendo porque está cumpliendo con la ley de ejecución penal», explicó.
Nem os mortos tem descanso no RN.
— A TROMBETA (@ATROMBETA3) March 15, 2023
Agora
Tocaram fogo no cemitério do Alecrim Natal
Que situação chegamos
Segunda noite de terror no estado governado pelo PT pic.twitter.com/7Ny9nUQYUh
En el punto de mira se encuentra la facción Sindicato do Crime (SDC), que dirige las cárceles del estado y que nació en 2013 para hacer frente al Primeiro Comando da Capital (PCC), la organización criminal más poderosa de Brasil.
Que las facciones utilicen a su gente fuera de las prisiones para presionar al poder público por medio de la violencia urbana es algo habitual en Brasil.